Vida, Formación y Sacramentos

LOS SACRAMENTOS Y LA VIDA

Los sacramentos son signos visibles de la gracia invisible de Dios. En medio de nuestra vida cotidiana, ellos nos acercan a Cristo y nos ayudan a crecer en nuestra relación con Él. Cada sacramento tiene un momento y una finalidad especial: el Bautismo nos regenera como hijos de Dios, la Eucaristía alimenta nuestra fe y fortalece nuestra unión con Jesús, y la Reconciliación nos devuelve la paz del corazón limpio. Así, los sacramentos no están aparte de la vida, sino que la iluminan, santifican y dan sentido a cada etapa de nuestro camino.

Relación espiritual con Dios.

BAUTISMO: PARA INICIAR LA VIDA DE FE.
RECONCILIACIÓN: PARA VOLVER AL CAMINO
PRIMERA COMUNIÓN: ALIMENTO PARA EL CAMINO
CONFIRMACIÓN: PARA MADURAR LA RELACIÓN CON DIOS
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS: PARA EL RESTABLECIMIENTO ESPIRITUAL Y CORPORAL
MATRIMONIO: PARA EXTENDER EL REINO DE DIOS
ORDEN SACERDOTAL: COMPROMISO DE LIDERAZGO

MATRIMONIO

El matrimonio es un sacramento en el que una pareja se unen para siempre en un amor verdadero, abierto a la vida y al servicio mutuo. En el matrimonio, los esposos se dan todo el uno al otro y reciben el amor de Dios, que los fortalece para superar dificultades, crecer juntos en fe y testimoniar el amor de Cristo hacia su Iglesia. Es un camino de santidad en la vida ordinaria, donde el amor humano se eleva y se convierte en signo del amor de Dios.

QUE DICE NUESTRA IGLESIA

MATRIMONIO DE LOS FIELES:

Compromiso de relación justa, amorosa y responsable para extender el Reino de Dios, y trabajar por una sociedad justa, digna y permanente
MATRIMONIO DE LOS SACERDOTES:

Jesús no estableció el CELIBATO, para sus apóstoles. de los doce Apóstoles, se conoce por el Nuevo Testamento de la Santa Biblia que la mayoría eran casados.

El Celibato asume la Iglesia Católica Romana como disciplina eclesiástica a partir del Siglo VI, Ver: 1 Timoteo, 3, 1-13, (Mateo 8:14, Marcos 1:30, Lucas 4:38) mencionan que Jesús sanó la suegra de Pedro.

LA EUCARISTIA

La Eucaristía es el sacramento en el que Jesús se hace presente de manera real en el pan y el vino transformados en su Cuerpo y Sangre. Al recibirla, nos unimos a Cristo y entre nosotros, fortaleciendo nuestra vida cristiana y nuestra misión en el mundo. Es alimento para el camino, memoria viva de su muerte y resurrección, y anticipación de la vida eterna que Dios nos promete.

Yo soy el pan de vida, dice Jesús.

Es el centro de la vida de la comunidad de fe.

Comer del mismo pan , es comulgar  mi vida con la vida de todos los creyentes que participan en la celebración.

La Eucaristía, rememora la cena de Jesús y sus discípulos.

HACED ESTO EN CONMEMORACION MIA

Tomen y coman, este es mi cuerpo entregado por ustedes después de la cena tomo el cáliz y dijo: Tomen y beban todos de el es mi sangre del nuevo pacto derramada por ustedes  y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban háganlo en memorial mío.

FORMACION PERMANENTE DE CLERIGOS Y LAICOS

La formación permanente es un compromiso vitalicio que vive toda la comunidad cristiana. Para los clérigos, es una renovación constante en la fe, la doctrina y el ministerio, para servir con mayor entrega a la Iglesia. Los laicos, por su parte, también están llamados a crecer en su vida espiritual, bíblica y catequética, para testimoniar el Evangelio en el mundo desde sus vocaciones específicas. Juntos, bajo la guía del Espíritu Santo, caminan hacia una conversión continua y un servicio más auténtico al Reino de Dios.

COMPROMETIDOS CON LA FORMACIÓN CONTINUA

Programas de formación Teológica , para fortalecer la vida de compromiso con la comunidad:

* Para Laicos: Escuelas bíblicas y sobre la vida sacramental.

* Para aspirantes a la vida religiosa y sacerdotal,  programas extensos de formación en materias como: filosofía, teología, biblia, psicología, sociología, valores humanos, liderazgo,  y mas materias que logren una formación global del sacerdote.

* Para todos los sacerdotes ya ordenados , programas de actualización  para la vida sacerdotal y de servicio

¡Únete a nuestra misión: construyamos juntos el Reino de Dios!

Tu aporte, grande o pequeño, es una semilla que Dios multiplicará.
¡Gracias por tu generosidad!